Re-semblanza 2012
Texto y fotos: José Flores Ventura
En los albores del año que acaba no hace uno más que viajar en el recuerdo de los meses pasados, en el quehacer de los quehaceres y deshaceres, en los momentos grabados por el encuentro con el pasado dormido que hemos despertado para ya nunca más volver a dormir.
Empezando el año con lo continuado del anterior, las huellas de aves y reptiles voladores encontradas por un servidor en el municipio de Ramos Arizpe, con el apoyo del Museo del Desierto y Vega Vera de la UNAM, prospectamos alrededor de la cantera quedando al descubierto que este sitio era la orilla de una playa con varios kilómetros de extensión y apenas hemos cubierto unos pocos metros.
El estudio aún continúa y llevará años hasta que salga algún artículo; será un gran acontecimiento en la paleontología de América. También en las prospecciones de principios de año se logró detectar por primera vez la presencia indirecta del impacto del cometa que acabó con la era de los dinosaurios hace 65 millones de años aquí en Coahuila, estas evidencias son canicas de cristal que se fundieron con el impacto en Yucatán y que viajaron miles de kilómetros hasta depositarse en los lodos de playas lejanas, se encontraron en una región cercana a Paredón; curiosamente buscando esta evidencia fue como dimos con las huellas de aves.
Otro motivo de alegría sucede con la descripción científica de una nueva tortuga fósil encontrada por Rufino Rodríguez, un servidor y nuestro amigo Daniel Posada en el 2002 llamada Posadichelys cerropueblensis, ésta es diferente a las que anteriormente habían sido descritas, a pesar de que ya se habían encontrado fragmentos faltaba una completa para estudiarla. Ésta se une a otras tortugas que están en proceso de catalogarlas, todas ellas endémicas (Donald Brinkman et atl, Museo Royal Tyrrell Canadá, 2012 in press).
En marzo se re-prospectan junto con personal de la Universidad Geowissenschaftliches Institut de Heidelberg, Alemania, algunas zonas fosilíferas ya conocidas para analizar sus faunas, principalmente cefalópodos, una de ésas en la mítica Zona del Silencio donde en 1996 encontramos el Ing. Rufino Rodríguez y un servidor excelentes amonites en ocre. Este año se presenta el artículo de las especies encontradas arrojando más de un 50% de especies endémicas y las restantes con afinidad al Atlántico y mar interior de Norteamérica (A highly endemic Cephalopod Assemblage from the middle Campanian [Late Cretaceous] at Union y Progreso, Torreón, Coahuila, México Christina Ifrim, Wolfgang Stinnesbeck, and José Flores Ventura. 2012).
Otra zona visitada es una cercana a Saltillo que desde 1996 descubrimos interesantes cefalópodos heteromorfos, es decir sin la forma discoidal característica y que el próximo año saldrá a la comunidad científica (Cephalopod Heteromorph Assemblage from the middle Campanian [Late Cretaceous] at Saucedas, Ramos Arizpe, Coahuila, Mexico Christina Ifrim, Wolfgang Stinnesbeck, and José Flores Ventura. In press).
Tres cangrejos nuevos también se aportaron para la paleontología, el primero encontrado por un servidor en las cercanías del ejido General Coss de Ramos Arizpe hace unos 10 años atrás junto a los vestigios de un sistema lacustre, éste pertenece a los Homólidos del género Zygastrocarcinus según Adiël A. Klompmaker especialista del departamento de Geología de Kent State University y la Universidad de Florida quien la estudió. Características físicas del caparazón fueron fundamentales para ubicarla en una nueva especie y la primera en aparecer del género Zygastrocarcinus hace 78 millones de años siendo Coahuila el origen posible de esta rama que hoy habitan los mares del mundo a profundidades entre 100 a 1000 metros.
Actualmente forman un grupo especializado con patas largas y caparazón lleno de espinas llamados “cangrejos acarreadores” debido a que acarrean partes muertas de corales, conchas o erizos arriba de su caparazón para defenderse de depredadores e incluso pueden subirse erizos vivos para este fin. Son depredadores marinos e incluyen al cangrejo gigante de los abismos del Japón (Zygastrocarcinus carolinasensis n. sp.) (crustacea, Decapoda, Brachyura, Homolidae) from the Cretaceous (Campanian) of NE Mexico: implications for paleobiogeography. Adiël A. Klompmaker, José Flores Ventura and Francisco J. Vega. 2012). Los otros dos ejemplares están en proceso de taxonomía; pertenecen a la familia tumidocarcinidae e Ibericancridae encontrados entre los municipios de Ramos Arizpe y Ge- neral Cepeda pero su estudio se completará hasta el próximo año.
Uno de los cangrejos mejor documentados, el cual hicimos su descubrimiento en el 2005 y que en el 2011 se describe, es el de los Ophthalmoplax (Morphology and size variation of a portunoid crab from the Maastrichtian of the Americas, Francisco J. Vega, José Flores Ventura, George E. Phillips, Don Clements, Belinda Espinosa, Torrey Nyborg and Gabriela Solís-Pichardo. 2012), este año se completa la parte anatómica al encontrar la totalidad de los apéndices y que confirman ser de los más grandes que han existido, debido a que en esta época la temperatura sufrió una caída generando grandes fuentes de alimento como el plancton, lo cual permitió el espectacular desarrollo de estos decápodos en nuestro Estado (Variación de talla en un portunoideo del Cretácico terminal en función de la temperatura: primer caso en el registro fósil, Francisco J. Vega & José Flores Ventura, 2012).
Otra línea de investigación que sigue con los años es la referente a los frutos fósiles, toda una gran odisea ha sido su estudio ya que en la mayoría de ellos no hay referencias escritas por ser tan nuevos y quizás primigenios que estamos ante los experimentos de la naturaleza en las plantas con flor, las cuales en el Cretácico se estaban multiplicando. Aun así se ha logrado identificar algunas especies dentro del gran grupo de las Euphorbias las cuales están entre otras miles de plantas: la nochebuena y la candelilla.
Para complicar más las cosas se siguen descubriendo frutos, semillas, hojas, flores y microfósiles haciendo casi imposible un estudio sistemático de los hallazgos, y requerirá tal vez una década para completar su análisis los cuales están dirigidos por Marta Carolina del Museo del Desierto.
En cuanto a la arqueología se empieza a documentar los sitios con representaciones rupestres, catalogando cada roca que contiene algún tipo de grabado pre o histórico, documentando gráficamente los motivos para comparar las regiones en el sur de Coahuila. Esto sirve para certificar la teoría propia de que hay varios estilos culturales representados aun en una misma región.
Con Rufino Rodríguez como guía descubrimos cuatro nuevos sitios con grabados rupestres en este año: Cañada Tanque Viejo en Ramos Arizpe, Ganivete, las espléndidas formas de la Sierra del Molino con sus 900 rocas con grabados, y finalmente como rúbrica de una compleja belleza la del Cerro El Ixtle, estas últimas en Parras.
Rufino también ha notado la existencia de una tercera cultura que había dejado grabados rupestres a la cual se le debe la técnica agrícola y la pacificación de estas tierras en tiempos de la colonia, que bajo la garza -que recordaba su lugar de origen-, dejaron evidencias junto a la de los nativos como la nueva generación que tomaría el control de esta región: la tlaxcal- teca. Pronto descubrimos claros rastros de ésta en Ramos Arizpe, Saltillo, General Cepeda y Parras que vienen a engrosar el acervo arqueológico de Coahuila con algo novedoso y enigmático para entender así como su significado concreto.
Para terminar, en el ramo de la herpetología referente a las lagartijas, se han descubierto sub especies y especies en lugares que no estaban contemplados en estudios previos (Lemos Espinal, 2007), esto en colaboración con el Dr. Jackson Shedd de la sociedad de Herpetología de los EUA, quien ha identificado ejemplares en fotografías y que sirven para definir con exactitud los taxas existentes en esta parte del Estado.
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